TODOS los que están debajo de yugo de servidumbre, tengan a sus propios señores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre de Dios y su doctrina.
2 Y los que tienen señores creyentes, no los tengan en menos, por ser sus hermanos; antes los sirvan mejor, por cuanto son fieles y amados, y partícipes del beneficio. Estas cosas enseña, y exhorta.
3 Si alguno enseña de otra manera, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesu Cristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad,
4 Hinchado es, nada sabe, sino que enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas,
5 Disputas perversas de hombres de mente corrompida, y privados de la verdad, y que tienen la piedad por ganancia: apártate de los tales.
6 Empero la piedad con contentamiento es grande ganancia.
7 Porque nada trajimos a este mundo, y es cierto que nada podremos sacar.
8 Así que teniendo sustento, y con qué cubrirnos, seamos contentos con esto.
9 Porque los que quieren ser ricos, caen en tentación y en lazo, y en muchas concupiscencias insensatas y dañosas, que anegan a los hombres en perdición y muerte.
10 Porque el amor del dinero es la raíz de toda maldad; el cual codiciando algunos, erraron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores.
11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas; y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
12 Pelea la buena batalla de la fe: echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos.
13 Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que testificó una buena profesión delante de Poncio Pilato;
14 Que guardes este mandamiento sin mácula, ni reprensión, hasta la manifestación de nuestro Señor Jesu Cristo:
15 La cual en su tiempo mostrará el bendito y solo Potentado, Rey de reyes, y Señor de señores:
16 El cual sólo tiene inmortalidad, que mora en luz inaccesible: a quien ninguno de los hombres ha visto, ni puede ver: al cual sea la honra, y la potencia sempiterna. Amén.
17 A los ricos de este mundo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas; sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las gocemos;
18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dispuestos para repartir, generosos en comunicar;
19 Atesorando para sí buen fundamento para en lo por venir, para que echen mano a la vida eterna.
20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las disputas profanas y vacías, y de las oposiciones de la ciencia falsamente llamada:
21 La cual algunos profesando, han errado acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amén.
La primera a Timoteo fue escrita de Laodicea, que es metrópoli de la Frigia Pacatiana.
NO reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los jóvenes como a hermanos;
2 A las mujeres ancianas, como a madres; a las jóvenes como a hermanas, con toda pureza.
3 A las viudas honra, a las que de verdad son viudas.
4 Empero si alguna viuda tuviere hijos, o nietos, aprendan primero a mostrar la piedad en su propia casa primero, y a recompensar a sus padres; porque esto es honesto y acepto delante de Dios.
5 Y la que de verdad es viuda y solitaria, espera en Dios, y persiste en suplicaciones y oraciones noche y día.
6 Porque la que vive en placeres, viviendo está muerta.
7 Manda pues estas cosas, para que sean irreprensibles.
8 Mas si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, ha negado la fe, y es peor que el incrédulo.
9 La viuda sea puesta en la lista no menos que de sesenta años, la cual haya sido esposa de un varón:
10 Que tenga testimonio en buenas obras; si ha criado hijos; si ha hospedado extranjero; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha seguido toda buena obra.
11 Mas a las viudas más jóvenes no admitas: porque cuando ellas empiezan a ser disolutas contra Cristo, quieren casarse:
12 Condenadas ya, por haber abandonado la primera fe.
13 Y aun también aprenden ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y curiosas, parlando lo que no deben.
14 Quiero, pues, que las mujeres jóvenes se casen, y engendren hijos, gobiernen la casa, y que ninguna ocasión den al adversario para maldecir.
15 Porque ya algunas han vuelto atrás en pos de Satanás.
16 Y si alguno, o alguna de los creyentes tiene viudas, manténgalas, y no sea cargada la iglesia; para que pueda socorrer a las que de verdad son viudas.
17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doblada honra; y mayormente los que trabajan en la palabra y doctrina.
18 Porque la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla. Y: Digno es el obrero de su jornal.
19 Contra el anciano no recibas acusación, sino ante dos o tres testigos.
20 A los que pecaren repréndelos delante de todos, para que los otros también teman.
21 Te requiero delante de Dios, y del Señor Jesu Cristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicio, no haciendo cosa alguna con parcialidad.
22 No impongas de ligero las manos sobre alguno, ni seas participante en pecados ajenos: consérvate puro a ti mismo.
23 No bebas de aquí adelante agua, sino usa un poco de vino por causa de tu estómago, y de tus continuas enfermedades.
24 Los pecados de algunos hombres son manifiestos de antemano, yendo delante de ellos a juicio: a otros les siguen después.
25 Asimismo también las buenas obras de algunos son manifiestas de antemano; y las que son de otra manera, no se pueden esconder.
EMPERO el Espíritu dice expresamente, que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores, y a doctrinas de demonios;
2 Que con hipocresia hablarán mentira, teniendo cauterizada su propia conciencia:
3 Que prohibiendo casarse, y obligando a abstenerse de las viandas que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellas los que creen, y conocen la verdad.
4 Porque toda criatura de Dios, es buena, y nada hay que desechar, tomándose con acción de gracias;
5 Porque es santificado por la palabra de Dios, y oración.
6 Si propusieras estas cosas a los hermanos, serás buen ministro de Jesu Cristo, criado en las palabras de la fe, y de la buena doctrina, la cual has alcanzado.
7 Mas desecha las fábulas profanas y de viejas, y ejercítate para la piedad.
8 Porque el ejercicio corporal para poco es provechoso; mas la piedad a todo aprovecha; porque tiene la promesa de vida presente, y de la venidera.
9 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida de todos.
10 Que por esto aun trabajamos y sufrimos vituperios, porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, y mayormente de los que creen.
11 Estas cosas manda y enseña.
12 Ninguno tenga en poco tu juventud; mas sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conducta, en caridad, en espíritu, en fe, en pureza.
13 Entre tanto que vengo, ocúpate en leer, en exhortar, en doctrina.
14 No descuides el don que está en ti, que te fue dado por profecía, con la imposición de las manos de los ancianos.
15 Medita estas cosas; ocúpate completamente en ellas; de manera que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina: persiste en esto; porque si así lo hicieres, a ti mismo salvarás, y a los que te oyen.
EXHORTO, pues, ante todas cosas, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres:
2 Por los reyes, y por todos los que están en autoridad; para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios Salvador nuestro:
4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad.
5 Porque hay un Dios, y un mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús;
6 El cual se dio a sí mismo en precio del rescate por todos, para testimonio en su propio tiempo.
7 Para lo que yo soy ordenado por predicador y apóstol, (digo verdad en Cristo, no miento,) maestro de los Gentiles en fe y verdad.
8 Quiero, pues, que los varones oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni disensión.
9 Asimismo también las mujeres ataviándose en vestido modesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costosos;
10 Sino de buenas obras, como conviene a mujeres que profesan la piedad.
11 La mujer aprenda en silencio con toda sujeción.
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni usurpar autoridad sobre el varón, sino estar en silencio.
13 Porque Adam fue formado el primero: y después Eva.
14 Y Adam no fue engañado; mas la mujer siendo engañada fue en la transgresión.
15 Empero será salva engendrando hijos, si ellos permanecieren en fe, y caridad, y santidad con modestia.
PALABRA verdadera es esta: si alguno apetece obispado, obra buena desea.
2 Es menester, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una sola esposa, vigilante, templado, de buenas costumbres, hospedador, apto para enseñar,
3 No dado al vino, no heridor, no codicioso de ganancias torpes, sino moderado, no litigioso, ajeno de avaricia:
4 Que gobierne bien su propia casa, que tenga sus hijos en sujeción con toda honestidad;
5 Porque el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?
6 No neófito, porque hinchándose de orgullo, no caiga en condenación del diablo.
7 Y es menester que tenga también buen testimonio de los de afuera; porque no caiga en vituperio, y en lazo del diablo.
8 Los diáconos asimismo sean honestos, no de dos lenguas, no dados a mucho vino, no amadores de ganancias deshonestas:
9 Que tengan el misterio de la fe con pura conciencia.
10 Y éstos también sean antes probados; y así ministren, si fueren hallados irreprensibles.
11 Asimismo sus esposas sean honestas, no detractoras, templadas, fieles en todo.
12 Los diáconos sean maridos de una esposa, que gobiernen bien sus hijos, y sus propias casas.
13 Porque los que ejercieren bien el oficio de diácono, ganan para sí un buen grado, y mucho denuedo en la fe que es en Cristo Jesús.
14 Estas cosas te escribo con esperanza de que vendré presto a ti:
15 Pero si me tardare, para que sepas como te convenga conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad.
16 Y sin controversia, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los Gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.
PABLO, apóstol de Jesu Cristo por el mandamiento de Dios Salvador nuestro y del Señor Jesu Cristo, esperanza nuestra;
2 A Timoteo, mi verdadero hijo en la fe: Gracia, y misericordia, y paz de Dios nuestro Padre, y de Jesu Cristo nuestro Señor.
3 Como te rogué, que te quedases en Éfeso, cuando me partí para Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diversa doctrina:
4 Ni escuchen a fábulas y genealogías interminables, que engendran cuestiones, más bien que edificación de Dios, que es en la fe.
5 Pues el fin del mandamiento es la caridad de corazón puro, y de buena conciencia, y de fe no fingida:
6 De lo cual apartándose algunos, se han desviado a discursos vanos:
7 Queriendo ser doctores de la ley, no entendiendo ni lo que hablan, ni lo que afirman.
8 Mas sabemos que la ley es buena, si se usa de ella legítimamente:
9 Sabiendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los sin santidad y profanos, para los matadores de padres y matadores de madres, para los homicidas,
10 Para los fornicarios, para los sodomitas, para los ladrones de hombres, para los mentirosos y perjuros; y si hay alguna otra cosa contraria a la sana doctrina;
11 Conforme al evangelio glorioso del Dios bendito, el cual a mí me ha sido encargado.
12 Gracias doy al que me fortificó, a Cristo Jesús Señor nuestro, de que me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio:
13 Habiendo yo sido antes blasfemo, y perseguidor, e injuriador; mas fui recibido a misericordia, porque lo hice con ignorancia en incredulidad.
14 Mas la gracia del Señor nuestro fue más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús.
15 Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
16 Mas por esto fui recibido a misericordia, para que Jesu Cristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
17 Pues al Rey eterno, inmortal, invisible, al sólo sabio Dios, sea honor y gloria, por siempre jamás. Amén.
18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que, conforme a las profecías pasadas de ti, milites por ellas la buena milicia:
19 Teniendo fe y buena conciencia, la cual echando de sí algunos, hicieron naufragio en cuanto a la fe:
20 De los cuales son Himeneo y Alejandro, que yo entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar.