VI al SEÑOR que estaba sobre el altar, y dijo: Hiere el umbral, y estremézcanse las puertas: y córtales en piezas la cabeza de todos; y el postrero de ellos mataré a espada: no habrá de ellos quien se fugue, ni quien escape.
2 Aunque cavasen hasta el infierno, de allá los tomará mi mano; y si subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
3 Y si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en el profundo del mar, allí mandaré a la serpiente, y morderálos.
4 Y si fueren en cautiverio, delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.
5 El Señor DIOS de los ejércitos es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran: y subirá toda como un rio, y hundiráse luego como el rio de Egipto.
6 Él edificó en el cielo sus gradas, y ha establecido su expansión sobre la tierra: él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama: El SEÑOR es su nombre.
7 Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros, dice el SEÑOR, como hijos de Etíopes? ¿no hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los Palestinos de Caftor, y de Kir a los Arameos?
8 He aquí los ojos del Señor DIOS están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra: mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice el SEÑOR.
9 Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra.
10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.
11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo de David, caído, y cerraré sus portillos, y levantaré sus ruinas, y edificarélo como en el tiempo pasado;
12 Para que aquellos sobre los cuales es llamado mi nombre, posean el resto de Idumea, y a todas las naciones, dice el SEÑOR que hace esto.
13 He aquí vienen días, dice el SEÑOR, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleva la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán.
14 Y tornaré el cautiverio de mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; y plantarán viñas, y beberán el vino de ellas; y harán huertos, y comerán el fruto de ellos.
15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les dí, ha dicho el Señor DIOS tuyo.
ASÍ me ha mostrado el Señor DIOS: y he aquí un canastillo de fruta de verano.
2 Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Un canastillo de fruta de verano. Y díjome el SEÑOR: Venido ha el fin sobre mi pueblo Israel; no le pasaré más.
3 Y los cantores del templo aullarán en aquel día, dice el Señor DIOS; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar echados serán en silencio.
4 Oid esto, los que tragáis a los menesterosos, y arruináis los pobres de la tierra,
5 Diciendo: ¿Cuándo pasará la nueva luna, para que vendamos los granos; y el sábado, para que expongamos el trigo, achicando la medida, y engrandeciendo el precio, y falseando las balanzas con engaño;
6 Para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos las aechaduras del trigo?
7 El SEÑOR juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré para siempre de todas sus obras.
8 ¿No se ha de estremecer la tierra sobre esto? ¿y todo habitador de ella no llorará? y subirá toda como un río, y será arrojada, y hundiráse como el río de Egipto.
9 Y acaecerá en aquel día, dice el Señor DIOS, que haré que se ponga el sol al mediodía, y la tierra cubriré de tinieblas en el día claro.
10 Y tornaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en endechas; y haré poner saco sobre todos lomos, y peladura sobre toda cabeza; y tornaréla como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo.
11 He aquí vienen días, dice el Señor DIOS, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír palabra del SEÑOR.
12 E irán errantes de mar a mar: desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra del SEÑOR, y no la hallarán.
13 En aquel tiempo las doncellas hermosas y los mancebos desmayarán de sed.
14 Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen, Vive tu Dios de Dan: y, Vive el camino de Beerseba: caerán, y nunca más se levantarán.
ASÍ me ha mostrado el Señor DIOS: y he aquí, él formaba langostas al principio que comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí, era el heno tardío después de las siegas del rey.
2 Y acaeció que como acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Oh Señor DIOS, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
3 Arrepintióse el SEÑOR de esto: No será, dijo el SEÑOR.
4 El Señor DIOS me mostró así: y he aquí, llamaba para juzgar por fuego el Señor DIOS; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra.
5 Y dije: Oh Señor DIOS, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño.
6 Arrepintióse el SEÑOR de esto: No será esto tampoco, dijo el Señor DIOS.
7 Enseñóme así: he aquí, el SEÑOR estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.
8 El SEÑOR entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el SEÑOR dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel: No le pasaré más:
9 Y los altares de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados; y levantaréme con espada sobre la casa de Jeroboam.
10 Entonces Amasías sacerdote de Betel envió a decir a Jeroboam, rey de Israel: Amós se ha conjurado contra ti en medio de la casa de Israel: la tierra no puede sufrir todas sus palabras.
11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel pasará de su tierra en cautiverio.
12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, y huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allí:
13 Y no profetices más en Betel, porque es santuario del rey, y cabecera del reino.
14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: Yo no era profeta, ni era hijo de profeta, sino que era boyero, y cogedor de fruta de sicómoro:
15 Y el SEÑOR me tomó de tras el ganado, y díjome el SEÑOR: Ve, y profetiza a mi pueblo Israel.
16 Ahora pues, oye palabra del SEÑOR. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac:
17 Por tanto, así ha dicho el SEÑOR: Tu mujer fornicará en la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será partida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será traspasado de su tierra.
¡AY de los reposados en Sión, y de los confiados en el monte de Samaria, nombrados principales entre las mismas naciones, las cuales vendrán sobre ellos, oh casa de Israel!
2 Pasad a Calne, y mirad; y de allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los Palestinos: ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su término es mayor que vuestro término.
3 Vosotros que dilatáis el día malo, y acercáis la silla de iniquidad;
4 Duermen en camas de marfil, y se extienden sobre sus lechos; y comen los corderos del rebaño, y los becerros de en medio del engordadero;
5 Gorjean al son de la flauta, e inventan instrumentos músicos, como David;
6 Beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.
7 Por tanto, ahora pasarán en el principio de los que a cautividad pasaren, y se acercará el clamor de los extendidos.
8 El Señor DIOS juró por su alma, el Señor DIOS de los ejércitos ha dicho: Tengo en abominación la grandeza de Jacob, y aborrezco sus palacios: y la ciudad y su plenitud entregaré al enemigo.
9 Y acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán.
10 Y su tío tomará a cada uno, y quemarále para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Y dirá aquél: Calla, que no podemos hacer mención del nombre del SEÑOR.
11 Porque he aquí, el SEÑOR mandará, y herirá con hendiduras la casa mayor, y la casa menor con aberturas.
12 ¿Correrán los caballos sobre la roca? ¿ararán en ellas con vacas? ¿por qué habéis vosotros tornado el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajenjo?
13 Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No nos hemos adquirido potencia con nuestra fortaleza?
14 Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dice el Señor DIOS de los ejércitos, gente que os oprimirá desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.
OID esta palabra, porque yo levanto endecha sobre vosotros, casa de Israel.
2 Cayó la virgen de Israel, no más podrá levantarse; dejada fue sobre su tierra, no hay quien la levante.
3 Porque así ha dicho el Señor DIOS: La ciudad que sacaba mil, quedará con ciento; y la que sacaba ciento, quedará con diez, en la casa de Israel.
4 Empero así dice el SEÑOR a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;
5 Y no busquéis a Betel, ni entreis en Gilgal, ni paséis a Beerseba: porque Gilgal será llevada en cautiverio, y Betel será deshecha.
6 Buscad al SEÑOR, y vivid; no sea que hienda, como fuego, a la casa de José, y la consuma, sin haber en Betel quien lo apague.
7 Los que convierten en ajenjo el juicio, y dejan en tierra la justicia,
8 Miren al que hace el Arcturo y el Orión, y las tinieblas vuelve en mañana, y hace oscurecer el día en noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra: el SEÑOR es su nombre:
9 Que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y que el despojador venga contra la fortaleza.
10 Ellos aborrecieron en la puerta al reprensor, y al que hablaba lo recto abominaron.
11 Por tanto, pues que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de sillares, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas.
12 Porque sabido he vuestras muchas rebeliones, y vuestros grandes pecados: que afligen al justo, y reciben cohecho, y a los pobres en la puerta hacen perder su causa.
13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.
14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así el Señor DIOS de los ejércitos será con vosotros, como decís.
15 Aborreced el mal, y amad el bien, y poned juicio en la puerta: quizá el SEÑOR, Dios de los ejércitos, tendrá piedad del remanente de José.
16 Por tanto, así ha dicho el Señor DIOS de los ejércitos, el SEÑOR: En todas las plazas habrá llanto, y en todas las calles dirán, ¡Ay! ¡ay! y al labrador llamarán a lloro, y a endecha a los que endechar supieren.
17 Y en todas las viñas habrá llanto; porque pasaré por medio de ti, dice el SEÑOR.
18 ¡Ay de los que desean el día del SEÑOR! ¿para qué queréis este día del SEÑOR? Será de tinieblas, y no luz:
19 Como el que huye de delante del león, y se topa con el oso; o si entrare en casa y arrimare su mano a la pared, y le muerda la serpiente.
20 ¿No será el día del SEÑOR tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?
21 Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me darán buen olor vuestras asambleas.
22 Y si me ofreciereis holocaustos y vuestros presentes, no los recibiré; ni miraré a los pacíficos de vuestros engordados.
23 Quita de mí la multitud de tus cantares, que no escucharé la melodía de tus instrumentos.
24 Antes corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.
25 ¿Habéisme ofrecido sacrificios y presentes en el desierto en cuarenta años, casa de Israel?
26 Mas llevabais el tabernáculo de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros dioses que os hicisteis.
27 Hareos pues trasportar más allá de Damasco, ha dicho el SEÑOR, cuyo nombre es Dios de los ejércitos.
OID esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís los pobres, que quebrantáis los menesterosos, que decís a sus señores: Traed, y beberemos.
2 El Señor DIOS juró por su santidad: He aquí, vienen días sobre vosotros en que os llevará en anzuelos, y a vuestros descendientes en barquillos de pescador.
3 Y saldrán por los portillos la una en pos de la otra, y seréis echadas del palacio, dice el SEÑOR.
4 Id a Betel, y prevaricad; en Gilgal aumentad la rebelión, y traed de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres años;
5 Y ofreced sacrificio en acción de gracias con leudo, y pregonad, publicad ofrendas voluntarias; pues que así lo queréis, hijos de Israel, dice el Señor DIOS.
6 Yo también os dí limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros pueblos: mas no os tornasteis a mí, dice el SEÑOR.
7 Y también yo os detuve la lluvia tres meses antes de la siega: e hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover: sobre una parte llovió; la parte sobre la cual no llovió, secóse.
8 Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua, y no se hartaban: con todo no os tornasteis a mí, dice el SEÑOR.
9 Os herí con viento solano y oruga; vuestros muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y vuestros olivares comió la langosta: pero nunca os tornasteis a mí, dice el SEÑOR.
10 Envié entre vosotros mortandad al modo que en Egipto: maté a espada vuestros mancebos, con cautiverio de vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros reales hasta vuestras narices: empero no os tornasteis a mí, dice el SEÑOR.
11 Trastornéos, como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis como tizón escapado del fuego: mas no os tornasteis a mí, dice el SEÑOR.
12 Por tanto, de esta manera haré a ti, oh Israel: y porque te he de hacer esto, aparéjate para venir al encuentro a tu Dios, oh Israel.
13 Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y denuncia al hombre su pensamiento; el que hace a las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; el SEÑOR, Dios de los ejércitos, es su nombre.
OID esta palabra que ha hablado el SEÑOR contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así:
2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto visitaré contra vosotros todas vuestras maldades.
3 ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?
4 ¿Rugirá el león en el monte sin hacer presa? ¿dará el leoncillo su bramido desde su morada, si no prendiere?
5 ¿Caerá el ave en el lazo en la tierra, sin haber armador? ¿alzaráse el lazo de la tierra, si no se ha prendido algo?
6 ¿Tocaráse la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿habrá algún mal en la ciudad, el cual el SEÑOR no haya hecho?
7 Porque no hará nada el Señor DIOS, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
8 Rugiendo el león, ¿quién no temerá? hablando el Señor DIOS, ¿quién no profetizará?
9 Haced pregonar sobre los palacios de Azoto, y sobre los palacios de tierra de Egipto, y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved muchas opresiones en medio de ella, y violencias en medio de ella.
10 Y no saben hacer lo recto, dice el SEÑOR, atesorando rapiñas y despojos en sus palacios.
11 Por tanto, el Señor DIOS ha dicho así: Un enemigo habrá aún por todos lados de la tierra, y derribará de tí tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados.
12 Así ha dicho el SEÑOR: De la manera que el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de la cama, y al canto del lecho.
13 Oid y protestad en la casa de Jacob, ha dicho el Señor DIOS de los ejércitos:
14 Que el día que visitaré las rebeliones de Israel sobre él, visitaré también sobre los altares de Betel; y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a tierra.
15 Y heriré la casa del invierno con la casa del verano, y las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas, dice el SEÑOR.
ASÍ ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Moab, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque quemó los huesos del rey de Idumea hasta tornarlos en cal.
2 Y meteré fuego en Moab, y consumirá los palacios de Queriot: y morirá Moab en alboroto, en estrépito y sonido de trompeta.
3 Y quitaré el juez de en medio de él, y mataré con él a todos sus príncipes, dice el SEÑOR.
4 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque menospreciaron la ley del SEÑOR, y no guardaron sus ordenanzas; e hiciéronlos errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres.
5 Meteré por tanto fuego en Judá, el cual consumirá los palacios de Jerusalem.
6 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Israel, y por el cuarto, no desviaré su castigo: porque vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos:
7 Que anhelan porque haya polvo de tierra sobre la cabeza de los pobres, y tuercen el camino de los humildes: y el hombre y su padre entraron a la misma moza, profanando mi santo nombre.
8 Y sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y el vino de los penados beben en la casa de sus dioses.
9 Y yo destruí delante de ellos al Amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba, sus raíces abajo.
10 Y yo os hice a vosotros subir de la tierra de Egipto, y os traje por el desierto cuarenta años, para que poseyeseis la tierra del Amorreo.
11 Y levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros mancebos para que fuesen Nazareos. ¿No es esto así, dice el SEÑOR, hijos de Israel?
12 Mas vosotros disteis de beber vino a los Nazareos; y a los profetas mandasteis, diciendo: No profeticéis.
13 Pues he aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro lleno de haces;
14 Y la huída perecerá del ligero, y el fuerte no esforzará su fuerza, ni el valiente librará su vida;
15 Y el que toma el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que cabalga en caballo salvará su vida.
16 El esforzado entre esforzados huirá desnudo aquel día, dice el SEÑOR.
LAS palabras de Amós, que fue entre los pastores de Tecoa, las cuales vio acerca de Israel en días de Uzías rey de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joas rey de Israel, dos años antes del terremoto.
2 Y dijo: el SEÑOR rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalem; y las estancias de los pastores se enlutarán, y secaráse la cumbre del Carmelo.
3 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Damasco, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque trillaron a Galaad con trillos de hierro.
4 Y meteré fuego en la casa de Hazael, y consumirá los palacios de Ben-hadad.
5 Y quebraré la barra de Damasco, y cortaré a los moradores del valle de Avén, y al que segura el cetro de la casa de Edén: y el pueblo de Siria será trasportado a cautiverio en Kir, dice el SEÑOR.
6 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque llevó cautiva toda la cautividad, para entregarlos a Edom.
7 Y meteré fuego en el muro de Gaza, y quemará sus palacios.
8 Y talaré los moradores de Azoto, y los gobernadores de Ascalón: y tornaré mi mano sobre Ecrón, y las reliquias de los Palestinos perecerán, ha dicho el Señor DIOS.
9 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque entregaron la cautividad entera a Edom, y no se acordaron del concierto de hermanos.
10 Y meteré fuego en el muro de Tiro, y consumirá sus palacios.
11 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y rompió sus conmiseraciones; y con su furor le ha robado siempre, y ha perpetuamente guardado el enojo.
12 Y meteré fuego en Temán, y consumirá los palacios de Bosra.
13 Así ha dicho el SEÑOR: Por tres pecados de los hijos de Amón, y por el cuarto, no desviaré su castigo; porque abrieron las preñadas de Galaad, para ensanchar su término.
14 Y encenderé fuego en el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en día de batalla, con tempestad en día tempestuoso:
15 Y su rey irá en cautiverio, él y sus príncipes todos, dice el SEÑOR.