Y BOOZ subió a la puerta y sentóse allí: y he aquí pasaba aquel pariente del cual había Booz hablado, y díjole: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino, y sentóse.
2 Entonces él tomó diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Sentaos aquí. Y ellos se sentaron.
3 Luego dijo al pariente: Noemi, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec;
4 Y yo decidí hacértelo saber, y decirte que la tomes delante de los que están aquí sentados, y delante de los ancianos de mi pueblo. Si hubieres de redimir, redime; y si no quisieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa: porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de tí. Y él respondió: Yo redimiré.
5 Entonces replicó Booz: El mismo día que tomares las tierras de mano de Noemi, has de tomar también a Rut Moabita, mujer del difunto, para que suscites el nombre del muerto sobre su posesión.
6 Y respondió el pariente: No puedo redimir por mi parte, porque echaría a perder mi heredad: redime tú usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.
7 Había ya de largo tiempo esta costumbre en Israel en la redención o contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el uno se quitaba el zapato y lo daba a su compañero: y este era el testimonio en Israel.
8 Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y descalzó su zapato.
9 Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Vosotros sois hoy testigos de que tomo todas las cosas que fueron de Elimelec, y todo lo que fue de Quilión y de Mahalón, de mano de Noemí;
10 Y que también tomo por mi mujer a Rut Moabita, mujer de Mahalón, para suscitar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Vosotros sois hoy testigos.
11 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. El SEÑOR haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales dos edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y tengas nombradía en Belem:
12 Y de la simiente que el SEÑOR te diere de aquesta moza, sea tu casa como la casa de Fares, al que parió Tamar a Judá.
13 Booz pues tomó a Rut, y ella fue su mujer; y luego que entró a ella, el SEÑOR le dio que concibiese y pariese un hijo.
14 Y las mujeres decían a Noemi: Loado sea el SEÑOR, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será nombrado en Israel.
15 El cual será restaurador de tu alma, y el que sustentará tu vejez; pues que tu nuera, la cual te ama y te vale más que siete hijos, le ha parido.
16 Y tomando Noemi el hijo, púsolo en su regazo, y fuéle su ama.
17 Y las vecinas diciendo, a Noemi ha nacido un hijo, le pusieron nombre; y llamáronle Obed. Éste es padre de Isaí, padre de David.
18 Y estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hesrón;
19 Y Hesrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab;
20 Y Aminadab engendró a Nahasón, y Nahasón engendró a Salmón;
21 Y Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed;
22 Y Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
Y DÍJOLE su suegra Noemi: Hija mía, ¿no te tengo de buscar descanso, que te sea bueno?
2 ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas mozas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.
3 Te lavarás pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, pasarás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.
4 Y cuando él se acostare, repara tú el lugar donde él se acostará, e irás, y descubrirás los pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.
5 Y le respondió: Haré todo lo que tú me mandares.
6 Descendió pues a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.
7 Y como Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, retiróse a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y descubrió los pies, y acostóse.
8 Y aconteció, que a la media noche se estremeció aquel hombre, y palpó: y he aquí, la mujer que estaba acostada a sus pies.
9 Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva: extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.
10 Y él dijo: Bendita seas tú del SEÑOR, hija mía; que has hecho mejor tu postrera gracia que la primera, no yendo tras los mancebos, sean pobres o ricos.
11 Ahora pues, no temas, hija mía: yo haré contigo lo que tú dijeres, pues que toda la puerta de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.
12 Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.
13 Reposa esta noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, redímate; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive el SEÑOR. Descansa pues hasta la mañana.
14 Y después que reposó a sus pies hasta la mañana, levantóse, antes que nadie pudiese conocer a otro. Y él dijo: No se sepa que haya venido mujer a la era.
15 Después le dijo: Llega el lienzo que traes sobre tí, y ten de él. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y púsoselas a cuestas: y vínose ella a la ciudad.
16 Así que vino a su suegra, ésta le dijo: ¿Qué pues, hija mía? Y declaróle ella todo lo que con aquel varón le había acontecido.
17 Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: Porque no vayas vacía a tu suegra.
18 Entonces Noemi dijo: Reposa, hija mía, hasta que sepas cómo cae la cosa: porque aquel hombre no parará hasta que hoy concluya el negocio.
Y TENÍA Noemi un pariente de su marido, varón poderoso y de hecho, de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.
2 Y Rut la Moabita dijo a Noemi: Ruégote que me dejes ir al campo, y cogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.
3 Fue pues, y llegando, espigó en el campo en pos de los segadores: y aconteció por ventura, que la suerte del campo era de Booz, el cual era de la parentela de Elimelec.
4 Y he aquí que Booz vino de Belem, y dijo a los segadores: El SEÑOR sea con vosotros. Y ellos respondieron: El SEÑOR te bendiga.
5 Y Booz dijo a su criado el sobrestante de los segadores: ¿Cúya es esta moza?
6 Y el criado, sobrestante de los segadores, respondió y dijo: Es la moza de Moab, que volvió con Noemi de los campos de Moab;
7 Y ha dicho: Ruégote que me dejes coger y juntar tras los segadores entre las gavillas: entró pues, y está desde por la mañana hasta ahora, menos un poco que se detuvo en casa.
8 Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí: y aquí estarás con mis mozas.
9 Mira bien al campo que segaren, y síguelas: porque yo he mandado a los mozos que no te toquen. Y si tuvieres sed, ve a los vasos, y bebe del agua que sacaren los mozos.
10 Ella entonces bajando su rostro inclinóse a tierra, y díjole: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que tú me reconozcas, siendo yo extranjera?
11 Y respondiendo Booz, díjole: Por cierto se me ha declarado todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a pueblo que no conociste antes.
12 El SEÑOR galardone tu obra, y tu remuneración sea llena por el SEÑOR Dios de Israel, que has venido para cubrirte debajo de sus alas.
13 Y ella dijo: señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, no siendo yo como una de tus criadas.
14 Y Booz le dijo a la hora de comer: Allégate aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y sentóse ella junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se hartó y le sobró.
15 Levantóse luego para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Coja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis;
16 Antes echaréis a sabiendas de los manojos, y la dejaréis que coja, y no la reprendáis.
17 Y espigó en el campo hasta la tarde, y desgranó lo que había cogido, y fue como un efa de cebada.
18 Y tomólo, y vínose a la ciudad; y su suegra vio lo que había cogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de harta, y dióselo.
19 Y díjole su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? bendito sea el que te ha reconocido. Y ella declaró a su suegra lo que le había acontecido con aquél, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.
20 Y dijo Noemi a su nuera: Sea él bendito del SEÑOR, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los finados. Díjole después Noemi: Nuestro pariente es aquel varón, y de nuestros redentores es.
21 Y Rut Moabita dijo: A más de esto me ha dicho: Júntate con mis criados, hasta que hayan acabado toda mi siega.
22 Y Noemi respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, que no que te encuentren en otro campo.
23 Estuvo pues junta con las mozas de Booz espigando, hasta que la siega de las cebadas y la de los trigos fue acabada; mas con su suegra habitó.
Y ACONTECIÓ en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belem de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
2 El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer Noemi; y los nombres de sus dos hijos eran, Mahalón y Quilión, Efrateos de Belem de Judá. Llegaron pues a los campos de Moab, y asentaron allí.
3 Y murió Elimelec, marido de Noemi, y quedó ella con sus dos hijos;
4 Los cuales tomaron para sí mujeres de Moab, el nombre de la una Orfa, y el nombre de la otra Rut; y habitaron allí unos diez años.
5 Y murieron también los dos, Mahalón y Quilión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
6 Entonces se levantó con sus nueras, y volvióse de los campos de Moab: porque oyó en el campo de Moab que el SEÑOR había visitado a su pueblo para darles pan.
7 Salió pues del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
8 Y Noemi dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: el SEÑOR haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
9 Déos el SEÑOR que halléis descanso, cada una en casa de su marido: besólas luego, y ellas lloraron a voz en grito.
10 Y dijéronle: Ciertamente nosotras volveremos contigo a tu pueblo.
11 Y Noemi respondió: Volveos, hijas mías: ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos?
12 Volveos, hijas mías, e idos; que yo ya soy vieja para ser para varón. Y aunque dijese: Esperanza tengo; y esta noche fuese con varón, y aun pariese hijos;
13 ¿Habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿habías vosotras de quedaros sin casar por amor de ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano del SEÑOR ha salido contra mí.
14 Mas ellas alzando otra vez su voz, lloraron: y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.
15 Y Noemi dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.
16 Y Rut respondió: No me ruegues que te deje, y me aparte de tí: porque donde quiera que tú fueres, iré yo; y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
17 Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada: así me haga el SEÑOR, y así me dé, que sólo la muerte hará separación entre mí y tí.
18 Y viendo Noemi que estaba tan resuelta a ir con ella, dejó de hablarle.
19 Anduvieron pues ellas dos hasta que llegaron a Belem: y aconteció que entrando en Belem, toda la ciudad se conmovió por razón de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemi?
20 Y ella les respondía: No me llaméis Noemi, sino llamadme Mara: porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
21 Yo me fui llena, mas vacía me ha vuelto el SEÑOR. ¿Por qué me llamaréis Noemi, ya que el SEÑOR ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
22 Así volvió Noemi y Rut Moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belem en el principio de la siega de las cebadas.